¿A donde viaja alguien cuando está perdido?
A casa, el biólogo volvió a su casa en Popayán (no la mencionan, pero es Popayán definitivamente, la ciudad enana, racista y mafiosa), en esa casa a la que volvía no había allí nada para el; se dejó entonces arrastrar por el mundo que se le presentaba al frente, por el de los fanáticos, los monocultivos, los reformistas, los chirretes, los muertos, los locos, las las gallinas, los muertos y las mentiras. El biólogo se mintió a sí mismo, acallando su orgullo, guardándose lo que sabía estaba podrido en la ciudad enana para poder hacerse una vida y vivirla finalmente.
Aquel no tenía construido nada, era un frasco vacío con formol como el que le dio el señor con los labios de mujer, ese fue el pacto con con el diablo que terminó haciendo, un pacto que le diese una vida con orden, convirtiéndose en una gallina más que revolotea entre los pinos, parte de la gran máquina de monocultivos que depreda la tierra en aquella zona del Cauca y en muchas otras, el biólogo se convirtió en un diablo, como tantos otros.
Con la música de Sleep – Holy Mountain
